Me llama la atención como la privatización de lo estatal se ha vuelto moneda corriente al punto que ya nadie se asombra aunque cada día menos cosas queden en manos del estado.
Hay cuestiones en la vida de un municipio que “lamentablemente” no nacieron para ser rentables… como el transporte de estudiantes/trabajadores a su lugar de estudio/trabajo; o los espacios naturales dignos de aprovecharse por todos como las sierras, lagunas, arroyos; o los espacios culturales donde niños y grandes pueden demostrar sus destrezas artísticas y difundir nuestra tradición, etc.
A decir verdad, si cuestan: cuestan un fangote de “voluntad” y algunos morlacos de “creatividad”, divisas que hoy en día cotizan en las bolsas más importantes del mundo, pero no en Argentina.
Ni que hablar de las cosas que pagamos entre todos para que se construyan y son cedidas gustosamente para la explotación a los que menos prometen mejorar o al menos mantener: rutas nacionales, sistema ferroviario, yacimientos petroleros modelos en el mundo.
Tal vez sea el espíritu caritativo de nuestros dirigentes que no logro comprender que procuran que hayan al menos algunos afortunados que gocen de nuestras riquezas naturales y puedan explotarlas a cielo abierto y si en una de esas les hace falta más plata para arruinar algún frágil pueblito se los subsidiará para que no digan que en la Argentina no somos generosos!
Consideramos como socialistas que el debate sobre lo público y lo privado debe ponerse sobre la mesa y concientizar que el estado somos nosotros y tenemos cantidad de bienes que nos pertenecen y debemos aprovecharlos, gozarlos y principalmente: cuidarlos…
Interesante nota... hay cosas que no se ven hasta que algo las visibiliza... poner palabras a las situaciones es un primer paso para que lo naturalizado sea PROBLEMATIZADO, en este caso el proceso de privatizaciones en la historia de nuestro pais y sus efectos actuales en nuestro municipio... ¿Que nos sucede como ciudadanos que no defendemos lo que nos pertenece? o mejor dicho, y utilizando palabras del autor... ¿que sucede que no lo cuidamos?
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